La definición básica de la logística inversa es: retorno de mercancía en la cadena de suministro. Se debe realizar de forma efectiva y económica, además, se encarga de los procesos de retorno de excesos de inventario, devoluciones de productos por parte de clientes, así como recuperación y reciclaje de los mismos.
El principal reto de gestionar de la mejor manera la recolección de productos, almacenaje y reciclaje, para conseguir que las devoluciones no afecten la economía de la empresa.
Se estima que las devoluciones representan un 4.4% de reducción en ingresos, debido a que ese producto se vuelve a vender con descuento o es desechado.
Cuando se pone un artículo en venta, un porcentaje del envío es para la logística inversa y evitar que sea un gasto extra. Este porcentaje es superior cuando se trata de temporada alta como el buen fin, hot sale, Navidad o la época de rebajas que, por lo regular, es en cambio de temporada; cuando las compras se multiplican son muy viables los errores, retrasos y desperfectos debido al exceso de carga.
Para poder reducir los costos de la logística inversa, algunas empresas han implementado una serie de medidas orientadas a evitar exceso de devoluciones y promover la compra de más artículos para equilibrar la pérdida que conlleva la logística inversa.
Algunos e-commerce hacen un cargo extra al cliente que devuelve más productos de los que compra, además se está testeando un modelo que ofrece a los clientes un precio más bajo por un artículo, si renuncian a la opción de devolución.
Así como estas, hay más opciones para evitar que la logística inversa impacte la operación o gastos de la empresa.